BANCO DEL TIEMPO DEL AYUNTAMIENTO DE VALLADOLID

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jueves, 20 de enero de 2011

EN LAS NOTICIAS DE HOY

Patricia Robles, periodista de WWW.NOTICIASCASTILLAYLEON.COM, nos ha regalado este reportaje que aparece publicado hoy en dicha web.

Desde tiempos ancestrales el hombre ha intercambiado unos bienes por otros sin que el dinero mediase en esos canjes.Inmersos en una sociedad de consumismo (eso sí, ligeramente mermada por la crisis),hoy en día puede parecer de otra época que en un país desarrollado la gente recurra al trueque. Pero, lejos de ser una actividad desfasada, hace no muchos años surgió una nueva manera de intercambiar no bienes, sino servicios, sin preocuparse por el coste en euros.

Hay una nueva manera de favorecer el intercambio de servicios que no precisa de dinero, pero sí de chequera. La unidad de pago no es el euro -ni la peseta para los más rezagados- sino la hora. La expresión “mi tiempo es oro” puede tener un sentido más literal que metafórico. En los Bancos del Tiempo (BdT) la gente intercambia horas. Que sé montar muy bien en bicicleta pero necesito horas para aprender inglés, no pasa nada, seguro que alguien está dispuesto a darme clases de inglés y otra persona está encantada de recibir un ‘cursillo’ de bicicleta. Cuando el ‘alumno’ termina de recibir la clase de inglés le da un cheque al ‘profesor’ por valor de las horas que les haya ocupado y el profesor va al banco a cobrarlas, ya lo invertirá en otros servicios que necesite… Claro, que no hay que confundir la buena vecindad con sacar un provecho económico, de manera que las tareas que se realizan de forma continuada y son susceptibles de contratación laboral quedan excluidas de los BdT.

‘Mi hora por tu hora’
“Un banco del tiempo es un proyecto que consiste en intercambiar tareas, servicios o actividades entre las personas que participan dentro de ese banco. Cada persona ofrece uno o varios servicios y luego puede pedir a cambio otros servicios”, explica Juan Manuel Primo, el responsable de la Secretaría del Banco del Tiempo de Valladolid. La idea es que todas las personas tienen algo que aportar a sus semejantes; los objetivos pasan por recuperar la confianza vecinal -perdida en los grandes núcleos de población- y desfavorecer el consumismo, comenta Juan Manuel.

“Es tu tiempo por el mío, sabiendo que tiene un coste que no es ni material ni económico”, explica Diego Blanco, un usuario vallisoletano del BdT de la ciudad que oferta todo lo que esté relacionado con la informática, publicidad y diseño y que demanda clases de japonés así como montar a caballo. Su primera demanda ha sido satisfecha, Teresa es la encargada de darle clases de japonés, pero para su segunda solicitud aún no hay oferente que comparta afición. “Tal y como está el tema de la crisis, el poder intercambiar servicios y conocimientos le viene bien a todo el mundo”, considera Diego.

El BdT de Valladolid “no es un proyecto de voluntariado. Tampoco consigues servicios gratis. No das dinero pero sí tiempo”, aclara Juan Manuel Primo.

La crisis y el tiempo
¿Tiene el Banco del Tiempo de Valladolid más usuarios desde que la crisis llegó a los hogares? “La gente desempleada lo que quiere es un trabajo, aquí no lo van a conseguir”, dice Juan Manuel. En esta línea, entiende que el incremento de ‘abonados’ no ha tenido mucho que ver con que estemos en tiempos de crisis. “Sí es cierto que desde 2008 ha habido un incremento en las inscripciones en el BdT de Valladolid, pero se debe a que desde ese año empezó a ser más conocido y ya no era una idea utópica que se quería poner en marcha, era una realidad”, añade.


“Nunca lo hemos asociado a la crisis. De hecho, el año con más inscritos fue 2010 y la mayoría eran empleados”.

Mujeres con cargas familiares
Precisamente el perfil del usuario del BdT de Valladolid lo integran fundamentalmente mujeres de entre 30 y 50 años, con empleo y con cargas familiares. Ése es el perfil predominante, pero son bien recibidos todos los mayores de edad, habitantes de Valladolid y con permiso de residencia. 2010 se cerró con 365 usuarios y 2011 ya cuenta con uno más. Entre los usuarios también hay asociaciones.

Desde 2005 en el BdT de Valladolid se han producido más de 2.500 intercambios. La media en 2010 fue de 60 trueques al mes. La Victoria, Huerta del Rey, La Rondilla, Las Delicias y la zona centro son los barrios con más inscritos.

Navegación a vela, búsqueda de billetes baratos por Internet, Sofrología y hasta Reiki
Por el BdT de Valladolid han pasado intercambios curiosos a lo largo de sus cinco años de vida. “Recuerdo un intercambio en el que una persona en una semana tenía que estar cambiado de casa. Le ayudaron 4 o 5 personas a hacer la mudanza”, comenta Primo. Claro que lo más bonito es cuando la buena vecindad llega a su máxima expresión, el caso de un usuario que alojó en su casa a otro durante cuatro días porque fue operado de la vista. Ahí no hubo cheques de hora de por medio.

Los servicios que se ofertan y se demandan en un banco del tiempo son muchos y muy variados. Desde los servicios más comunes hasta otros que pueden resultar más peculiares como la sofrología (técnicas de relajación); pasando por el asesoramiento en viñedos o los paseos didácticos; y terminando con un cursillo de navegación a vela o compartiendo el coche para ir al trabajo. Claro que hay gente que lo que demanda son cosas más sencillas como una hora para poder conversar con otra persona o un compañero de paseos.

Los servicios con más oferta y más demanda son los mismos ahora que cuando el banco empezó a funcionar, lo que sí hay ahora son más servicios que antes: hasta 16 categorías y 90 tipos de actividades. Lo más demandado son las pequeñas reparaciones en el hogar y la realización de masajes; lo más ofertado la atención a personas mayores y tareas de informática.

“La gente se coge un ordenador y quiere aprender informática en dos horas; un señor quería aprender a hacer photoshop antes de saber cómo se crea una carpeta”, comenta entre risas Diego, oferente de informática en general.

Promesas de año nuevo
“Para el próximo año voy a dejar de fumar, aprenderé inglés y haré ejercicio…” Estas son las promesas que con la llegada de un nuevo año se hacen muchas personas. Como consecuencia de estos propósitos de año nuevo, enero es uno de los meses con más intercambios. Con el comienzo del curso académico el gráfico de intercambios también crece.

Un banco municipal
El BdT de Valladolid comenzó a gestarse en 2005, cuando la concejala de Bienestar Social, Empleo y Familia acudió a Barcelona a unas jornadas sobre BdT –en la ciudad condal se remontan a 1993-. “Le gustó la idea y decidió ponerla en marcha”, explica Juan Manuel. La peculiaridad del BdT de Valladolid es que es municipal, mientras que otros bancos dependen normalmente de gente voluntaria.

Tiene su sede en el Centro Cívico de La Victoria, aunque tiene otras dos sucursales en el Barrio España y en el Barrio de la Pilarica, que abren una tarde a la semana. Todos los socios tienen un talonario y una cuenta corriente. Si alguien concede un servicio, el beneficiado por el servicio le paga con un cheque que vale las horas que hayan empleado. Luego el receptor de ese cheque lo lleva al banco y lo cobra por otro servicio cuando lo necesite. La cuenta de cada usuario no puede tener una diferencia de más de 20 horas entre el Debe y el Haber.

En la actualidad hay más de 160 BdT repartidos por toda la geografía. En Castilla y León el de Valladolid ha sido pionero en implantar la fórmula de titularidad municipal. En Ávila, Salamanca, Zamora y León también hay proyectos de este tipo."

También podéis leerlo desde allí pinchando aquí

Gracias Patricia

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